1932/05/22 > Justificación del nacionalismo

1932/05/22 > Justificación del nacionalismo

La Nación. Buenos Aires, 22 de mayo de 1932.

El reciente movimiento gallego en defensa del ferrocarril Zamora-Orense-Coruña, aparte de cualquier aspecto político y de toda consideración técnica acerca de la citada vía, tiene un profundo interés desde el punto de vista galleguista. Estimo, concidiendo con la opinión expuesta por Jesús Bal, que el movimiento en sí tiene mucha más importancia que la cuestión que lo provocó; y creo que sus efectos perdurarán en nuestra vida política aún después de haberse resuelto el problema de la construcción del ferrocarril.

Porque no puede pasar sin haber dejado una profunda huella en la conciencia de Galicia, una ocasión en la que, por primera vez en tiempos recientes, nuestra tierra adquirió impulsada por sus propios sentimientos, una unidad y un sentido de solidaridad que revelaron una cohesión insospechada. No sólo se derrumbaron las barreras de clase, sino que algunos pueblos que no tenían interés directo en la construcción del ferrocarril, e incluso varios que podrían juzgarse perjudicados por la nueva vía, se sumaron al movimiento, haciendo que este sobrepasara todos los límites del localismo y del provincialismo para adquirir el carácter de un levantamiento de Galicia en defensa de lo que estimaba su derecho. Fue un verdadero plebiscito, quizá el más auténtico que se ha realizado en España, y aquellos que ocupando cargos representativos no le prestaron su adhesión, han dejado de ser, en esencia, representantes genuinos de la voluntad popular.

A mi entender, este fenómeno del despertar gallego es el más valioso refuerzo y argumento irrebatible que han recibido los defensores de la autonomía de Galicia. porque si la protesta transcendió los límites locales, esto se debe a la existencia de una conciencia de Galicia una ocasión de galleguidad en los habitantes de nuestra tierra. algunos hombres representativos que militan en partidos hasta hoy opuestos toda forma de descentralización han hecho, con motivo del referido movimiento, declaraciones favorables a la autonomía. Es decir, que los hechos los han convencido y han despertado su sentimiento de patriotismo gallego. Por otra parte, el simpático y llamativo gesto de los habitantes de Sanabria, que se sintieron orgullosos y enaltecidos bajo la bandera de Galicia y que transportaron hacia Zamora los límites de su provincia desafiando a toda la burocracia madrileña, demuestra plenamente que Galicia es algo más que una división geográfica, que tienen los sentimientos sentimentales necesarios, además de los materiales, para ser una nación sea cual sea el nombre que oficialmente se le atribuya.

Sin embargo, los que quieren a todo trance buscar argumentos para combatir el galleguismo, afirman que esta solidaridad de Galicia sólo se ha conseguido por motivos económicos, dando a entender que todos los demás aspectos no interesan a nadie.más yo me atrevo a afirmar que si consideramos todos los aspectos del movimiento en defensa del ferrocarril, tendremos que reconocer que su extensión e importancia fueron debidos a la existencia de una fuerte emoción gallega- latente en unos, consciente en otros-. La protesta fue trascendental y eficaz porque los gallegos se sintieron gallegos antes que españoles. Y si así sucedió, no sólo queda plenamente justificada la tesis nacionalista, sino que se demuestra la labor del galleguismo en toda su pasada actuación, aun en sus fases más románticas y líricas, que a muchos se le antojaban un mero juego inútil y sin aplicación práctica. Sin la labor del nacionalismo gallego Galicia seguiría tan insensible como antes y habría soportado con resignación el despojo del que querían hacerla víctima. Pero desde ahora Galicia sabe que existe y Madrid lo sabe también…

Y no solo en nuestra tierra donde la conciencia nacional, conservada en tiempos difíciles por los nacionalistas, resurge como un potente factor político. El reciente triunfo de De Valera en Irlanda es una prueba más de que el sentimiento patriótico es más potente y perdurable que las razones materiales y económicas. En un próximo articulo hablaré de este hecho tan significativo en la historia de los movimientos nacionalistas.

P. R. Castro.