1962/04/03 > Consideraciones sobre el turismo (I)

1962/04/03 > Consideraciones sobre el turismo (I)

Faro de Vigo, 03/04/1962.

El tema del turismo, aún en los años en que no se han ofrecido “sabrosos” premios, viene siendo uno de los que predominan en las columnas de nuestra Prensa en cuanto el verano se va aproximando. Por lo general, con mayor satisfacción para los autores de los artículos, y tal vez para sus lectores, que notables consecuencias prácticas. Es de suponer que este año la “riada” de artículos turísticos sea mucho mayor. Esperemos que con más tangibles resultados. La campaña turística provincial recientemente iniciada con tanto ímpetu, permita esperar que así suceda. A ello ha de contribuir notablemente la forma en que el Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia enfocó el problema, añadiendo a la exaltación de bellezas naturales y valores estéticos y culturales una certera visión de las realidades prácticas, incluso en sus detalles prosaicos, a los cuales se ha prestado en nuestra tierra escasa atención.

El turismo, en mayor grado que cualquier otra actividad industrial, exige una labor conjunta de todos los habitantes de un país que pretenda atraer al visitante nacional o extranjero. De ese hecho resultan , a la vez, las especiales características de los problemas que la industria turística presenta y las grandes ventajas y atractivos que ofrece. Las autoridades en general, los que ostentan cargos o forman parte de organismos directamente relacionados con el turismo, los industriales y comerciantes que ofrecen sus servicios, sus empleados, y los habitantes de la región –todos tienen mucho o algo que aportar como contribución a la tarea común. Todos, tengan un interés directo o no en tales actividades, han de portarse como inteligentes comerciantes que procuran complacer a sus clientes en lo posible. Porque las ventajas no serán únicamente para quienes se beneficien directamente, sino que el país entero participará de una u otra forma, no solo en el incremento de la riqueza general, sino en lo que pudiéramos llamar el adecentamiento y habitabilidad de nuestra propia tierra.

Yo entiendo que aquellas personas que por su experiencia personal, basada en la larga residencia en países extranjeros, en su contacto dentro y fuera de nuestro país con los que lo han visitado, y en sus conocimientos de la manera de ser y las preferencias de otros pueblos, pueden y deben aportar sus ideas a esta labor común. Entre tales personas quisiera contarme, y por eso me aventuro a escribir estas líneas. Un poco al margen de cualquier “concurso”, ya que en mis consideraciones predominarán los aspectos prosaicos, y hasta las críticas, más bien que las exaltaciones de bellezas, para lo cual no han de faltar plumas más aptas que la mía.

Voy, pues, a sugerir, utilizando una de esas palabras que ahora están de moda, algunas de las “prioridades” sobre las cuales me parece especialmente conveniente insistir en bien de nuestro porvenir turístico, dejando un poco a un lado aquellos aspectos paisajísticos, culturales y monumentales de los cuales ya tenemos plena conciencia, aunque no hayamos logrado defenderlos, valorarlos y destacarlos como merecen.

Expondré estas prioridades, incluso por lo que creo que es el orden de su importancia, aunque es seguro que no todo el mundo estará de acuerdo con mi criterio.

1.º- Limpieza e higiene en los establecimientos frecuentados por los turistas y en el personal que los atiende.

Puede extrañar que se asigne el primer lugar a semejante aspecto, pero estimo que está plenamente justificado. Las deficiencias en este sentido dan origen al mayor número de quejas que se oyen de labios de nuestro visitantes. Los llamados “servicios” no suelen ser satisfactorios, ni en su “ambiente” ni en la provisión de facilidades. Faltan con frecuencia toallas – que deben estar secas, claro está- jabón, e incluso a veces agua. No siempre hay pulcritud en el lavado de platos, vasos o cubiertos ni se cambian invariablemente los manteles manchados. Ni los servidores, en diversos aspectos que sería hasta molesto señalar, se presentan como es debido. Todo esto no significa que deje de haber muchos establecimientos que no merecen semejantes censuras, pero todos tenemos conciencia de que es muy necesario elevar el nivel general. No todo el turismo es de lujo. Pero todo turista merece un mínimo de consideración.

2.º- Amabilidad y atención en las relaciones personales:

Las consideraciones sobre este punto guardan evidente relación con lo anteriormente expuesto. Es satisfactorio comprobar, por lo que uno escucha, que la impresión general de nuestros visitantes en cuanto al trato que reciben es buena, pero existe indudablemente una falta de preparación en muchos de los empleados en industrias relacionadas con el turismo, debida con frecuencia a que la procedencia de bastantes de esas personas no les hace especialmente aptas para tales cometidos. Incluso los “indígenas”, al fin y al cabo, tenemos a veces motivos para quejarnos. Sería muy beneficiosa en este terreno alguna modalidad de formación profesional, asunto del cual se dirá algo al final de estos artículos.

Incluso en un país más habituado a exportar que a importar turistas, como lo es Norteamérica, se acaba de iniciar, con el mayor interés, una “Campaña de Cortesía” a cargo del”U.S. Travel Service” –según se dice-, “para vender América a los visitantes extranjeros”.

P. R. Castro.