Farode Vigo, 04/04/1962.
Continuando la exposición de temas relacionadoscon el turismo, yo asignaría el lugar siguiente a lo que se refiere a la cocina. Pasemos pues a la tercerade estas ‘prioridades’.
3.º- Comidas y bebidas:
Uno de los temas preferidos por el turista queregresa a su país es el de los platos que ha podido saborear durante sus viajes. Hay en ello un poco devanidad, del afán de aparecer ante las amistades como persona enterada y mundana. Hasta hace poco tiempoera Francia la fuente casi exclusiva de tales impresiones, pero recientemente ya se va concediendo su méritoa la cocina de otros países, incluso y marcadamente a la de España. Y en Galicia, como es natural,hemos de tratar de dar prestigio a lo gallego, no solo por ser nuestro, sino porque lo merece. (Estos díashablaba la Prensa madrileña de la sorpresa agradabilísima que le causó al dramaturgo ArthurMiller y a su esposa su primer encuentro con el desconocido y enigmático percebe. El año pasado tuveocasión de acompañar aun visitante francés que tenía especial interés en conocernuestro platos de mariscos , y pude oírle exclamar, asombrado e indeciso ante la riqueza y variedad del’menú’ y eso que era bretón ‘¡Pero aquí tienen ustedes de todo!’).
No voy naturalmente, a emprender una competenciacon Cunqueiro y otros gastrónomos gallegos, en la descripción de sabrosos manjares. Pero sía insistir en la conveniencia de que en cada época del año se incluya en la ‘carta’ el mayor númeroposible de platos regionales, debidamente condimentados. E incluso en que, mediante unos resúmenes en variosidiomas que podrían figurar en los propios ‘menús’, se estimulase el interés del visitante,dándole informes acerca de nuestros platos más característicos. Y si el camarero puede explicárselosal ofrecerlos, tanto mejor…
Pero la valoración de lo propio no debeexcluir la atención a las preferencias y a los gustos de los demás. Y en ese aspecto cabe señalar,por ejemplo, que al turista norteño le apetecerán especialmente durante la temporada veraniega losplatos de fiambre, la carne fría, la lechuga y tomates y otros ingredientes de las ensaladas. Que estáacostumbrado a comer con mantequilla. Que pedirá, aunque parezca extraño, salsas en botellas, mostazas,pimienta, y que tendrá mayor interés que nosotros por los postres de cocina. La atención aestos y otros detalles semejantes contribuirá a complacerle.
De bebidas gallegas, con raras excepciones, nosabe uno qué decir ya que aún los nativos manifestamos bastantes veces nuestras quejas. Pero valela pena señalar que uno de los mayores atractivos de Yugoeslavia, a juzgar por los comentarios, es el famoso’slivovitz’, que no es otra cosa sino un aguardiente de melocotones. No creo que nos costase mucho trabajo ofrecerotras bebidas similares, producto de nuestra tierra.
4.º- Carreteras y comunicaciones.
También este punto tiene una importanciaconsiderable, probablemente mayor de la que le concedemos, en la impresión que nuestros visitantes llevandel país. Incluso las carreteras que nos parecen realmente buenas y no son muchas- no dejarán deltodo satisfechos a los automovilistas de Francia, Inglaterra o Alemania. Es de suponer que en la previsiónde las autoridades competentes ya se vaya a conceder prioridad a las carreteras que forman parte de los itinerariosbásicos del turismo, cualquiera que sea su clasificación oficial, y sin olvidar que en general seránlas preferidas por los viajeros aquellas que más se ciñan a la costa.
En cuanto a otros medios de comunicación,no sería pedir demasiado, creo yo, que la ‘Renfe’ ajustara sus métodos un poco más a lo quees costumbre en otros países de Europa. Por ejemplo, en lo que se refiere a la apertura de taquillas duranteplazos mucho mayores, la posibilidad de que los billetes sirviesen para cualquier tren de la misma categoríay otras cosas por el estilo.
Podemos señalar, de paso, lo interesanteque nos parece la propuesta organización de cruceros a lo largo de las costas gallegas, iniciativa que yaha surgido en una provincia vecina, así como la intensificación de excursiones marítimas dentrode cada ría.
5.º- Playas:
En cuanto a la cantidad, calidad y variedad deeste indispensable elemento de la atracción turística, no creo que tengamos nada que envidiar a ningúntrozo similar de costa española o europea. Es únicamente necesario intensificar la propaganda y hacermás accesibles algunas magnificas playas a las cuales es hoy difícil llegar si no se dispone de automóvil.Y también dotarlas de más servicios, teléfono, etc. Aunque a mi entender, sin un exceso de’urbanización’, palabra que a mi me suena un poco mal cuando se trata de una playa. Porque en el ambientede estos lugares ha de conservarse, cualesquiera que sean las mejoras, esa sensación de naturaleza que essu mayor encanto. Salvo, tal vez, en las playas que pudiéramos llamar ‘municipales’, muy próximasa las ciudades.
6.º- Excursiones e itinerarios:
Deben intensificarse hasta el máximo losmedios de información y las facilidades en lo que se refiere a excursiones. Mediante folletos que haganresaltar su interés, con los correspondientes horarios si han de utilizarse medios corrientes de transportey adaptando en lo posible estos horarios a las circunstancias. Porque hay muchas poblaciones desde las cuales resultaimposible ir a pasar unas horas en un pueblo o playa cercana y regresar en el mismo día. Sería precisoque las empresas exclusivistas organizasen servicios especiales para estos casos.
P. R. Castro.