1966/06/05 > Miscelánea en torno a la poesía y su traducción

1966/06/05 > Miscelánea en torno a la poesía y su traducción

Faro de Vigo, 05/06/1966.

He leído en estas columnas en un reciente domingo dos noticias o referencias, a las que quisiera añadir un pequeño comentario. Una do ellas -en “Arte y Letras”- reseñaba la publicación de traducciones al francés uy al alemán de los poemas del autor irlandés “AE” -seudónimo de George William Russell- a la cual se sumaba una bella versión gallega de un poema suyo “S.S” que “Plácido R.Castro traduxo fai anos ó galego varios poemas de “AE”.

Así fue, en efecto, u como admirador de “AE” he de celebrar que su poesía, poco conocida hasta ahora fuera del ámbito del idioma inglés, se vaya difundiendo en los ambientes intelectuales de otros países europeos. Pero lo que me impulsa a escribir estas líneas ha sido antes que el deseo de hacer un comentario literario, el recuerdo -¡qué horror!, Dé hace casi cuarenta años de un breve, pero para mí, inolvidable encuentro con tal señalado personaje de la vida literaria irlandesa de aquella época.

Uno de mis principales “guías” en el ambiente intelectual y social dublinés de entonces fue Thomas Esmonde, diputado del “Dail Eiremann”, e hijo del gran terrateniente del mismo nombre, “baronet” y Camarero de S.S el Papa. Su hijo, mi amigo, había tenido en los tiempos más inciertos que precedieron a la independencia irlandesa no pocas misiones aventuradas curiosas. Entre ellas la de haber sido enviado a Australia como embajador de un estado irlandés que aún no existía oficialmente, lo cual hizo que su estancia en un Dominio tan probritánico fuese, naturalmente, sumamente breve. Otra experiencia de Esmonde fue la de venir a España para averiguar si el Duque de Tetuán – un O´Donell que según los irlandeses tenía cierto derecho a ser considerado como rey de Irlanda – estaba dispuesto a apoyar al “SinnFein”. Tampoco en este caso tuvo apreciable éxito mi amigo. Pero al fin aquí estaba, ocupando muy merecidamente un escaño en el Parlamento del entonces “Estado Libre de Irlanda…”

Una tarde me dijo Esmonde, “Vamos esta noche a una recepción en casa de “AE”. Aclimatado yo a las normas londinenses de la convivencia social no pude menos de exclamar, sorprendido, “¡Pero si no me ha invitado y ni siquiera le he sido presentado!” “No importa”, me respondió,” los viernes va todo el mundo. Solo es preciso ir de smoking”… Y allí fuimos y el poeta recibió al forastero desconocido con la misma cortesía y cordialidad que mostraba para los habituales de sus “viernes” , o sea, el ” todo Dublín” de las letras, las artes uy la política, que circulaba por la gran sala u formaba grupos en los cuales se escuchaba esa conversación de incomparable ingenio que caracteriza a la capital irlandesa, desde los más selectos salones hasta las tabernas donde el pueblo9 trasiega con admirable asiduidad uno de los más preciados productos de su patria, la negrisima y aterciopelada cerveza”Guiness”…

Quisiera algún día -y cuántas cosas van quedando para ese “algún día”- volver a hablar de mis recuerdos inolvidables de aquellas semanas irlandesas. Pero hoy no puedo hacer más que contar esa anécdota y si se me perdona, reincidir en la publicación de una versión gallega de uno de los más característicos poemas de “AE”. Después de todo, lo bueno -y me refiero al original, no a la traducción- soporta bien la repetición… He aquí, pues, el poema de “AE” titulado “Inmortalidade”:

“Como o fume temos deesvairnos, ou vivir do espirito no fogo;
pois nin nós, nin o fume podemos tornar para a chama:
si a vontade en arela se troca si se troca o pensar ensoño,
como fume nos esvairemos, anque o fogo arda.
Compaixón infinita que estrelas os crepúsculo nosos ,cincentos,
decertos que en ti mora a ialma, o alento inmortal
ou vivimos no fogo do amor, ou por moitos camiños iremos,
por camiños de ensoño , que morte nos han de levar”.

Unas breves líneas para permitirse el atrevimiento de “corregir” una cita de William Shakespeare contenida en la siempre amena sección “Se lee, se oye, se recuerda…”, aparecida el mismo domingo. Ha salido como sigue: “El mal que hacen los seres humanos les sobrevive; el bien va a parar a la fosa con sus huesos”. Ignoro si ésta ha sido una traducción “ad hoc”, o si procede de alguna versión castellana de las obras del “Cisne del Avon”, que así interpretado, más bien parece un no tan elegante pato. Como amante del inmortal Bardo, de la poesía en general y del idioma inglés, me ha molestado un poco esta prosaica y no muy fiel versión de una cita de uno de los más maravillosos discursos que jamás se hayan inventado, muy superior seguramente, al que de hecho pronunció Marco Antonio ante el cadáver de Julio César, y en el cual Shakespeare, como en tantas otras ocasiones, se muestra más elocuente, cuando menos con la pluma que a los oradores de todos los tiempos . bien merece, pues, que uno intente aproximarse algo más al sentido y hasta al metro de lo que escribió el poeta , e incluso le añada otro medio verso que la completa. Porque, al fin al cabo, lo que Shakespeare dijo por boca de Marco Antonio, fue:

“The evil that men do lives afer them,
the good is oft interred with their bones;
so let it be with Caesar…”

que viene a ser algo así como:

“O mal que os homes fan os sobrevive,
o ben sóe enterrarse cos seus osos;
qué así seña con César…”

Lo cual es más fiel al original, suena mejor que la cita de referencia y no sale del todo mal en gallego.

P. R. Castro.